Para los Alumnos que egresan de la Escuela Secundaria Técnica N° 2.
Hace tres años, con un cúmulo de temores bajo el brazo, llegaron por vez primera a la escuela secundaria. Ahora, ya sin aquéllos temores, pero sí con tristeza, llegó la hora de la despedida, de decir : ¡ Adiós!
Se despiden de su escuela y atrás quedarán sus puertas cerradas.
Han sido tres años de esfuerzo y, en ocasiones, los deberes escolares fueron arduos. Pero fueron también tres años de recompensas y de satisfacciones, de amistades y recuerdos que permanecerán para siempre en el libro de sus vidas.
Son Ustedes un buen ejemplo para los estudiantes que ingresarán a ocupar los lugares vacantes.
¡Cuánto entusiasmo y dedicación demostraron como estudiantes de secundaria!
Sus maestros los recordarán como estudiantes honestos y responsables, alegres y comprometidos. A partir de este momento, la secundaria será un capítulo en el libro de sus vidas.
Ahora se enfrentarán a un presente con nuevos desafíos.
En las turbulencias que pudieran surgir en su camino, cada uno de Ustedes deberá reafirmar una visión de justicia, de paz y de respeto a los derechos humanos y a las leyes que rigen nuestro país.
Por ahora, una cosa les debe quedar clara: el estudio, y nada más que el estudio, será la llave que les abrirá las puertas del mañana.
En un mundo cambiante como el que les tocó vivir, la preparación es la mejor estrategia para enfrentar las crisis de un mundo incierto.
El futuro de cada uno de Ustedes no está en manos del destino; y aún cuando pudieran creer que el destino es el que baraja las cartas, son Ustedes quienes las juegan. Lo que les quiero decir, es que Ustedes formarán su propio destino. Ustedes y sólo Ustedes son quienes deben preguntarse qué es lo desean hacer con sus vidas.
Sus padres, sus maestros, han puesto los cimientos: el respeto a la dignidad de la persona; el respeto que debe empezar por Ustedes mismos, y debe continuar con sus familias , con todos los que los rodean y con la sociedad entera. Aprendan a decir sí, y aprendan a decir no, cuando sea necesario. ¡ Ustedes son personas valiosas! ¡No permitan que nada ni nadie los desvíe de su camino como personas dignas y honestas!
Sigan siendo buenos hijos, respeten siempre a sus padres, protejan a sus hermanos. Sean personas cabales. Un hombre cabal, una mujer cabal, es una persona comprometida con su familia y con la sociedad, pero sobre todo, comprometida consigo misma.
Asuman con entrega , con coraje y con valor la responsabilidad de empuñar el timón de sus vidas, que la mar les pertenece.
“No olviden que son ustedes, capitanes del barco de sus propias vidas. Prepárense para un mundo que los reclama como ciudadanos inteligentes que habitan y construyen la sociedad del conocimiento.
No permitan que las turbulencias de la ignorancia, los huracanes del ocio o los tsunamis de la indiferencia, los arrastren y hagan pedazos.
El timón de tu barco es el firme deseo de construir con todos y para todos una sociedad del conocimiento que permita a todos saciar su hambre de conocimiento y su sed de justicia.
Que puedan mirar con ojos de asombro: la aurora de un nuevo día, después de haber padecido esta noche tan larga.”
Humberto Cueva